Hace algún tiempo, tuve la oportunidad de conocer a algunos terapeutas, que practicaban la llamada “”sanación a distancia”. La cual consiste en enviar, hacer una especie de protocolos en los que se pretende enviar pensamientos o intenciones a través del tiempo y espacio, para hacerlos llegar hacia la persona que necesita la ayuda para “sanar”.
Personalmente, nunca entendí a ciencia cierta cómo es que funcionaba esta técnica, pero estaba seguro de que no era algo fuera de lo explicable por la ciencia. Sin embargo, al no conocer los detalles exactos de su funcionamiento, pero sobre todo al ver que quienes elegían hacer esto, casi a menudo eran personas metidas en las “ciencias místicas o esotéricas”. Decidí no involucrarme en ello. Aunque siempre sentí que hacía falta algo así para ayudar a quienes me pedían que les apoyara terapéuticamente, aunque se encontraban a cientos o a veces miles de kilómetros de distancia de donde yo estaba.
No hace mucho tiempo, que empecé a conocer sobra los beneficios de la terapia con ondas sonoras, más conocida como “sueroterapia” la cual nos ayuda a través de las vibraciones acústicas, haciendo un estímulo en las células de nuestro cuerpo, facilitando así el flujo de la energía vital.
La sonoterapia comúnmente se efectúa por medio de instrumentos, como los cuencos o diapasones, y requiere de un terapeuta que manipule estos instrumentos, que además valga decir, que normalmente son más de uno.
Sin embargo, hoy en día la tecnología nos ha permitido tener esas vibraciones en formatos de audio MP3 o WAV, los cuales pueden ser enviados o transferidos desde una computadora a otro, o desde un teléfono móvil a otro, no importando así el tiempo y la distancia. Esto es enviar sanación a la distancia.
Una sanación que llega en forma de sonidos y en cuestión de segundos, que solo require que quien reciba el audio de frecuencias lo escuche por medio de unos audífonos o lo dirija explícitamente hacia el órgano específico que quiere tratar, por medio de una bocina cualquiera.
Esta herramienta nos facilita mucho las cosas a los terapeutas, en el sentido de ayudar a quienes por alguna razón no pueden estar en persona en nuestro consultorio, pero además, nos brinda la posibilidad de emitir un “tratamiento” energético de seguimiento a la terapia que hacemos en la consulta.
Pondré un ejemplo:
Llega un consultante conmigo al cual le detecto que tiene un problema parasitario.
En estos casos puedo recomendarle mejorar su dieta, así como un protocolo de tinturas des- parasitantes, pero además de eso, elijo algunas frecuencias rife en formato WAV que el consultante debe escuchar 10 min al día durante 7 días, para ayudar a complementar el tratamiento de las tinturas.
Las frecuencias son vibraciones, y estas vibraciones son “medicina energética”. Es decir, son estímulos que llegan a través del conducto auditivo, hacia el cerebro, en donde serán descodificados y enviados al o los órganos correspondientes del cuerpo, a través de las neuronas aferentes y eferentes del nervio vago. Así mismo, también podemos poner directamente estas frecuencias sobre la zona afectada por medio de una bocina.
Es importante mencionar que estas frecuencias han sido descodificadas de un formato eléctrico a uno acústico, gracias a los descubrimientos del Dr. Raymond Rife. Quien se dio cuenta de que todo lo que exista, como ser vivo o materia, tenía su propio campo electromagnético y una vibración específica, y que cuando sintonizábamos con dicha frecuencia o vibración, podíamos entonces destruir por al patógeno o material al que estábamos sintonizando. A este fenómeno se le conoce como” resonancia” o en términos de sonoterapia, también se le conoce como” afinación por simpatía”.
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